sábado, 6 de agosto de 2016

Un nuevo cambio taxonómico: adiós al Felimida britoi. Hola, Felimida binza.

Los nudibranquios o babosas marinas son un grupo muy diverso y numeroso, y la identificación de las distintas especies y posterior clasificación en familias, géneros, etc... ha sido una ardua tarea para malacólogos y otros investigadores del medio marino. Hasta hace no muchos años, los únicos métodos para la identificación de las especies eran el análisis del color, la morfología externa y el exámen al microscopio de la rádula y otros órganos internos, procedimientos que no siempre garantizaban la correcta clasificación de los especímenes, ya que una misma especie podía desarrollar diferentes variantes cromáticas o diferentes morfologías de la rádula según su alimentación en distintas zonas geográficas, llevando esto a numerosos errores de identificación.

Pero con la llegada de los estudios moleculares basados en el estudio del ADN de los especímenes, la tarea de identificación y clasificación de especies se ha vuelto mucho más exacta e infalible, si bien esto ha supuesto una auténtica revolución de cambio sobre toda la compleja taxonomía clásica que, hasta ahora,  estaba establecida. Esto supone una constante revisión y corrección sobre la identidad de familias, géneros y especies, tal y como pasó con la conocida reordenación en 2012 de los géneros Hypselodoris y Chromodoris del Atlántico oriental en los de Felimare y Felimida respectivamente tal y como se refleja en el estudio publicado por Johnson y Gosliner:
Traditional Taxonomic Groupings Mask Evolutionary History: A Molecular Phylogeny and New Classification of the Chromodorid Nudibranchs

Recientemente se ha publicado un estudio titulado "A test of color-based taxonomy in nudibranchs: Molecular phylogenic and species delimitation of the Felimida clenchi (Mollusca: Chromodorididae) species complex" (Padula et al., 2016) que ha puesto el punto de mira sobre algunas especies de chromodorídeos de ambas orillas del Atlántico clasificadas por su cromatismo, entre los que se encontraba nuestro conocido Felimida britoi. Se tomaron especímenes de Felimida clenchi, britoi, neona y binza y se analizaron mediante técnicas moleculares. Una de las conclusiones que se sacaron fué que Felimida britoi era una variante cromática de Felimida binza, por lo cual el término de Felimida britoi como especie debaja de existir al ser Felimida binza la especie más antígua descrita de las dos. Otra conclusión importante es que este estudio ha puesto en tela de juicio la validez taxonomica de clasificación basada en el color de los especímenes.

Felimida binza (antes britoi) fotografiado por el autor de este blog en La Ballenera (Algeciras)

Esquema extraído del estudio donde se clasifican las especies de Felimida con sus diferentes coloraciones.

 Por lo tanto se concluye que Felimida britoi es, en realidad, una variante cromática de Felimida binza. Esta variante tan marcada del cromatismo de esta especie puede obedecer a las diferencias del entorno y la alimentación entre ambas orillas del Atlántico.
Diferencia en el cromatismo del Felimida binza. A la izquierda un especimen del Atlántico occidental y a la derecha un ejemplar del Atlántico oriental, más concretamente de las costas españolas. Foto: Vinicius Padula.
Este no será, ni mucho menos, el último cambio en la taxonomía de los nudibranquios, ya que los estudios moleculares están revelando cada vez más datos nuevos y aún hay nuevos estudios pendientes de publicación. Sólo nos queda a los aficionados a estos animalillos adaptarnos a los nuevos cambios que van surgiendo. Así que adiós, Felimida britoi. Hola, Felimida binza

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